Em Es momento de actuar para proteger la salud humana y del planeta de los nuevos retos ambientales y tecnológicos

16 julio, 2024

¿Sabías que para fabricar un ordenador de dos kilos se necesitan 800 kilos de materias primas? ¿O que la energía necesaria para la extracción de bitcoins alcanzó los 121 teravatios el año pasado, más que la consumida por la mayoría de los países pequeños?

Éstas son sólo algunas de las preocupantes conclusiones de un nuevo informe sobre la economía digital elaborado por la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) que insiste en la necesidad de tomar más en serio el impacto medioambiental negativo de este próspero sector.

“El auge de tecnologías como la inteligencia artificial y la minería de criptomonedas ha aumentado significativamente el consumo de energía”, afirmó Rebeca Grynspan, secretaria general de la UNCTAD.

Atracón de energía

“Por ejemplo, el consumo de energía de la minería de Bitcoin se multiplicó por 34 entre 2015 y 2020, alcanzando alrededor de 121 teravatios por hora… El consumo de energía de la minería de Bitcoin es superior al consumo anual de Bélgica o Finlandia”, dijo la responsable de la UNCTAD a los periodistas en Ginebra.

En la actualidad, unos 5400 millones de personas utilizan internet y la economía digital mundial está en auge con evidentes ventajas para muchos. Solo en términos de valor, las ventas del comercio electrónico empresarial aumentaron de 17 billones de dólares en 2016 a 27 billones en 2022 en 43 países, señaló Grynspan.

“Hablamos mucho de cómo las tecnologías digitales pueden reducir el uso de papel y mejorar la eficiencia energética, y pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los sectores del transporte y la construcción, la agricultura y la energía…Pero no se habla tanto de la parte negativa”, alertó, y subrayó que la digitalización implica una alta demanda de recursos además de que requiere grandes cantidades de electricidad rica en carbono.

Para contrarrestar esta amenaza al medio ambiente y apoyar una economía digital equitativa y responsable con el entorno natural, el Informe sobre la Economía Digital 2024 de la UNCTAD ofrece sugerencias políticas para el uso de los minerales preciosos utilizados para fabricar dispositivos electrónicos, incluidos los teléfonos móviles, y otros recursos naturales vitales, como el agua.

91 Sector sediento de energía

Según la UNCTAD, en 2022 los centros de datos mundiales consumieron 460 teravatios hora, el equivalente a la energía utilizada por 42 millones de hogares en Estados Unidos en un año. Se espera que esta cifra se duplique en 2026.

La dependencia de la ONU también cita cálculos que indican que el sector digital es responsable de entre el 1,5% y el 3,2% de las emisiones mundiales de efecto invernadero, cifra similar a la del transporte aéreo y marítimo.

Entre 2018 y 2022, el consumo de electricidad de trece de los principales operadores de centros de datos se duplicó con creces, lo que pone de relieve la urgencia de abordar las huellas energética e hídrica de estas tecnologías.

“Google reveló que, en 2022, el consumo total de agua en sus centros de datos y oficinas ascendió a unos 21,2 millones de metros cúbicos. Para el mismo año, Microsoft informó que su consumo de agua era de 6,4 millones de metros cúbicos”, puntualizo Grynspan, añadiendo que el consumo de agua por parte de estas instalaciones había avivado las tensiones en comunidades de varios países.

Según Microsoft, sólo la formación para ChatGPT-3 requirió un consumo estimado de 700.000 litros de agua limpia y fresca, detalló.

Huella digital y energética

El informe señala que el comercio electrónico se ha disparado y que los compradores en línea han pasado de menos de 100 millones en 2000 a 2300 millones en 2021. Este aumento ha provocado un incremento del 30% de los residuos digitales entre 2010 y 2022, hasta alcanzar los 10,5 millones de toneladas en todo el mundo.

“La gestión de los residuos digitales sigue siendo inadecuada. Esto es muy preocupante dada la contaminación que generan y su impacto en el medio ambiente”, dijo Grynspan.

El informe también precisa que los países desarrollados generan 3,25 kg de residuos digitales por persona, frente a menos de 1 kg en los países en desarrollo y apenas 0,21 kg en los países menos adelantados, lo que constituye un indicador más de la desigual distribución de los beneficios que conlleva la digitalización.

Minerales críticos

El Banco Mundial estima que la demanda de minerales necesarios para la digitalización, como el grafito, el litio y el cobalto, podría aumentar un 500% hasta 2050.

Los países en desarrollo son fundamentales en la cadena mundial de suministro de minerales y metales de transición, que están muy concentrados en unas pocas regiones.

Por ejemplo, los vastos yacimientos minerales de África, esenciales para el cambio mundial hacia tecnologías digitales y con bajas emisiones de carbono, incluyen cobalto, cobre y litio, cruciales para un futuro energético sostenible.

El continente posee importantes reservas: el 55% del cobalto mundial, el 47,65% del manganeso, el 21,6% del grafito natural, el 5,9% del cobre, el 5,6% del níquel y el 1% del litio.

Oportunidades de desarrollo

“El aumento de la demanda de minerales críticos representa una oportunidad para que los países en desarrollo ricos en recursos añadan más valor a los minerales extraídos, diversifiquen su economía y mejoren su desarrollo.

Pero la tecnología tiene que transferirse y tiene que ser más eficiente para ser compatible con el medio ambiente y los objetivos del cambio climático, acotó Grynspan.

Según el informe, en medio de las actuales crisis mundiales, el limitado espacio fiscal, el lento crecimiento y la elevada deuda, los países en desarrollo deberían aprovechar al máximo esta oportunidad mediante el procesamiento y la fabricación nacionales..

Eso les ayudaría a asegurarse una mayor cuota de la economía digital mundial, generar ingresos públicos, financiar el desarrollo, superar la dependencia de las materias primas, crear empleo y elevar el nivel de vida.

El informe asevera que el aumento de la demanda mundial de materias primas energéticas limpias ya está impulsando la inversión extranjera directa en América Latina, y especifica que representa el 23% del valor de los proyectos totalmente nuevos de la región en los últimos dos años.

Recomendaciones

La UNCTAD sugiere nuevos modelos de negocio y políticas sólidas para hacer más sostenible el crecimiento digital. Las recomendaciones directas de los expertos en comercio y desarrollo de la ONU al mundo son:

  • Utilizar modelos de economía circular, centrándose en el reciclaje, la reutilización y la recuperación de materiales digitales para reducir los residuos y los daños medioambientales
  • Optimizar los recursos creando planes para utilizar las materias primas de forma más eficiente y reducir el uso total
  • Reforzar la normativa, aplicar normas y reglas medioambientales más estrictas para disminuir el impacto ecológico de las tecnologías digitales
  • Invertir en energías renovables, apoyar la investigación y el desarrollo de tecnologías energéticamente eficientes y prácticas digitales sostenibles
  • Promover la cooperación internacional, animar a los países a trabajar juntos para garantizar un acceso justo a las tecnologías y recursos digitales, y abordar los problemas mundiales de los residuos digitales y la extracción de recursos

“La economía digital es fundamental para el crecimiento mundial y las oportunidades de desarrollo, por lo que debemos aplicar las prácticas que nos lleven a un espacio en el que todos salgamos ganando y que no vayan en contra de nuestros importantes objetivos de sostenibilidad medioambiental y nuestros compromisos con el cambio climático”, concluyó Rebeca Grynspan.

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Em Es momento de actuar para proteger la salud humana y del planeta de los nuevos retos ambientales y tecnológicos

erg Los cambios ambientales, tecnológicos y sociales están alterando la salud humana y del planeta, advirtió este lunes un nuevo informe conjunto del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Consejo Científico Internacional.

La publicación subraya la urgencia de que el mundo responda de forma más adecuada y oportuna a esta serie de nuevos desafíos que agudizan la triple crisis planetaria del clima cambio climático, la pérdida de biodiversidad, y la contaminación y el desperdicio.

De acuerdo con el PNUMA, la degradación del mundo natural por la actividad humana, el rápido desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial, la competencia por los recursos naturales, el aumento de las desigualdades y la disminución de confianza en las instituciones se están concatenando en una “policrisis” de implicaciones múltiples para el bienestar humano y planetario.

Desviarse del rumbo

La directora ejecutiva del Programa de la ONU señaló que “ahora es el momento de adelantarse para protegernos de los retos emergentes”.

“La rapidez del cambio, la incertidumbre y los avances tecnológicos que estamos viendo, en un contexto de turbulencias geopolíticas, significa que cualquier país puede desviarse del rumbo más fácilmente y con más frecuencia”, alertó Inger Andersen.

El propósito del estudio elaborado con consultas regionales que incluyeron a jóvenes es ofrecer una visión más profunda de posibles impactos para los que el mundo debe prepararse.

No repetir errores del pasado

Andersen explicó que si se monitorean rigurosamente las señales de cambio, “se puede evitar repetir errores del pasado y centrarse en soluciones que puedan resistir futuras perturbaciones”.

El informe prevé que la demanda de elementos raros, minerales y metales para impulsar la transición a cero emisiones netas se cuadruplicará para 2040. Esto aumentaría la minería en aguas profundas e incluso la minería espacial, planteando amenazas a la naturaleza y la biodiversidad, además de que podría incrementar la contaminación y el desperdicio, y provocar más conflictos.

El PNUMA destacó que a medida que el permafrost se derrite en un planeta que se calienta, podrían liberarse organismos antiguos que pueden ser patógenos, con consecuencias ambientales, animales y humanas, como ha ocurrido con el brote de ántrax en Siberia.

En cuanto a la inteligencia artificial y la transformación digital, indica que si bien pueden aportar beneficios, afectan el medio ambiente por medio de una mayor demanda de minerales críticos, elementos raros y recursos hídricos.

Asimismo, recuerda que su uso en sistemas de armas, en aplicaciones militares y en el desarrollo de la biología sintética, precisa una revisión cuidadosa desde un enfoque ambiental.

Sobre los conflictos armados y la violencia, apunta que degradan y contaminan los ecosistemas, perjudicando así a las poblaciones más vulnerables.

Además, argumenta que el desplazamiento forzado en constante aumento tiene grandes repercusiones en la salud humana y el medio ambiente.

Un nuevo contrato social

Frente a este panorama, el informe recomienda adoptar un nuevo contrato social que contemple más indicadores de desarrollo que los económicos y que incluya a todos los sectores, mencionando en particular a los pueblos indígenas y los jóvenes.

Añade que los gobiernos y las sociedades pueden introducir objetivos a corto plazo para una mejor gobernanza, para reconfigurar los sistemas financieros, y para redirigir los flujos de capital de manera que se reduzcan las desigualdades, se acabe la pobreza extrema y se proteja al planeta.

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