LUISA MARÍA ALCALDE LUJÁN, SECRETARIA DEL TRABAJO Y PREVISIÓN SOCIAL:

17 diciembre, 2019

Con este segundo incremento anual consecutivo al salario mínimo seguimos avanzando para lograr dar la vuelta a una página negra en nuestra historia marcada por la contención deliberada del ingreso de los trabajadores y trabajadoras que menos tienen.

Ahora, gobierno, empleadores y trabajadores estamos escribiendo a tres manos una nueva etapa en la que se establecen las bases para la recuperación del salario mínimo de manera decidida, responsable, gradual, sostenible, pero sobre todo consensuada. Se trata de saldar al menos parcialmente una deuda histórica con los que viven de su trabajo.

Durante el periodo neoliberal se buscó que México fuera competitivo a través de ofertarle al mundo mano de obra barata. El modelo de crecimiento económico que, dicho sea de paso, demostró ser un fracaso, se dio a expensas del ingreso de los trabajadores y de sus familias.

Lo que nos distingue del pasado es que nosotros queremos que México sea una economía cada vez más atractiva para las inversiones, pero ya no en detrimento del bienestar de nuestra gente.

Creemos que nuestra competitividad se sustente en una fuerza laboral que cada vez esté mejor capacitada y con mayor calificación, que las relaciones laborales se sustenten en diálogo social y productivo.

Por ello, este acto de justicia es parte de un nuevo modelo de relaciones de trabajo y está en sintonía con la reforma laboral histórica sustentada en la libertad sindical, la contratación colectiva auténtica y un nuevo sistema de impartición de justicia imparcial y eficiente.

En esta ocasión debemos reconocer a las organizaciones de trabajadores y así también a los empresarios por ratificar su apoyo a la nueva política de salarios mínimos.

Esto muestra que estamos viviendo una época donde hay mayor conciencia y sensibilidad frente a los que menos tienen. Esta nueva política abona también en favor de la paz social y la reconstrucción de nuestro país.

Muchos fueron los prejuicios que durante años se señalaron para defender la política de contención salarial, argumentando que generaría inflación y que habría un cauce económico; pero tales prejuicios han sido derrumbados en muchos países del mundo y en nuestro país en este año tras la instrumentación de la nueva política de salarios mínimos.

Comparto con ustedes sus principales efectos.

En lo que va de 2019 la inflación no sólo no se ha disparado, sino que ha sido de las más bajas en los últimos cuatro años. Esto rompe con el mito mediante el cual se solía justificar el estancamiento y la pérdida del poder adquisitivo de las y los trabajadores.

Más aún, la mayor prueba de que el incremento al salario mínimo no tuvo efectos inflacionarios es que en las principales ciudades de la Zona Libre de la Frontera Norte, donde el salario mínimo se incrementó al doble, se observaron menores tasas de inflación que en las ciudades del resto del país, donde el aumento fue de 16 por ciento.

El salario mínimo tampoco tuvo efectos negativos sobre el empleo formal. Durante 2019 se han generado 724 mil nuevos empleos formales.

El incremento al salario mínimo tuvo un impacto en el salario promedio de las y los trabajadores inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social donde se incrementó en 4.6 por ciento y 8.5 por ciento en la frontera en términos reales.

El beneficio ha sido aún mayor para el 10 por ciento de los trabajadores que menos gana. Su ingreso aumentó alrededor de 72 por ciento en la Zona Libre de la Frontera Norte y en 8.5 por ciento en el resto del país y, lo más importante, sacó de la pobreza laboral a 1.23 millones de mexicanas y mexicanos.

El incremento del salario mínimo también ha contribuido a disminuir la brecha salarial entre hombres y mujeres en casi tres puntos porcentuales. Esto se debe a que un mayor número de mujeres que de hombres percibe el salario mínimo, por lo que proporción el incremento benefició más a ellas, a las trabajadoras.

Elevar el poder de consumo de los sectores menos favorecidos a través de los programas sociales y de la política de incremento salarial no sólo beneficia a los trabajadores, a las trabajadoras y a sus familias, sino también a empresas de todos los tamaños.

Los incrementos de 2019 en buena medida impactaron positivamente las ventas al menudeo que aumentaron en 4.6 por ciento en los primeros nueve meses del año. Asimismo, la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales reportaron que sus ventas en tiendas totales durante el pasado noviembre crecieron 10 por ciento en términos nominales.

Si estos efectos redistributivos y de reactivación del consumo en productos de primera necesidad se pudieron dar en este año de arranque de gobierno, imaginemos lo que podemos lograr en los años venideros con mejores perspectivas de crecimiento económico y con mayores certezas, entre otros, el factor de la ratificación del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá que está en puerta.

Es por eso que hoy nos volvemos a reunir en este emblemático espacio para dar a conocer el segundo paso en el camino que juntos comenzamos a finales del año pasado.

Los efectos positivos del incremento del salario mínimo, sumado al compromiso de sindicatos y empleadores, y a la inquebrantable voluntad política del presidente Andrés Manuel López Obrador por hacer las cosas sucedan, nos permiten anunciar que por consenso y por unanimidad llegamos a un acuerdo para que en 2020 el salario mínimo se incremente en 20 por ciento a nivel nacional y en cinco por ciento en la Zona Libre de la Frontera Norte.

En términos reales se trata del mayor incremento anual en los últimos 44 años. Esto significa que a nivel nacional el salario mínimo pasará de 102.69 pesos a 123.22 pesos al día, tres mil 746 pesos mensuales y en la Zona Libre de la Frontera Norte, donde el año pasado se duplicó el salario pasara de 176.72 a 185.56 pesos diarios, cinco mil 641 pesos mensuales.

Estamos ante un punto de inflexión en la historia de los salarios mínimos que pone fin a la caída del 73 por ciento del poder adquisitivo registrado por más de 40 años. Calculamos que el aumento del próximo año beneficiara a 3.44 millones de trabajadoras y trabajadores en el país, que en la actualidad ganan menos que los nuevos salarios mínimos.

En el gobierno de la Cuarta Transformación cuando hablamos de trabajo hablamos de personas, de mujeres y hombres con familias que dedican la mayor parte de su día a trabajar para llevar un ingreso de vuelta a su casa, de hombres y mujeres que rolan turnos, que tienen que transportarse por horas para llegar a su trabajo, hablamos de jóvenes en la industria de la construcción que vemos colgados en los andamios y de mujeres y hombres que trabajan en limpieza.

Y cuando hablamos de salario mínimo no es para nosotros sólo una variable económica, se trata del reconocimiento de lo que somos, lo que valemos, lo que vale nuestro esfuerzo dedicado a una actividad productiva y al desarrollo del país.

Me parece que hoy es un día para que todas y todos nos sintamos orgullosos.

Enhorabuena.

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