Más de 100 asistentes disfrutan de la experiencia coahuilense culinaria y de sensiblización con la ‘CENA EN LA OSCURIDAD’,
2 abril, 2022Torreón, Coahuila de Zaragoza.- Con gran éxito se llevó a cabo el día de ayer, la “Cena en la Oscuridad”, que organizó el Teleférico Torreón, Puerto Noas, la Asociación Civil “Ver Contigo” y la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC), apoyados por distintos patrocinadores.
En ésta, los más de 100 asistentes pudieron vivir una experiencia integral de sensibilización sobre qué pasa cuando se tiene discapacidad visual, así como disfrutar de un deleite gastronómico.
Teniendo como escenario la explanada del Teleférico Torreón, la vivencia comenzó al subir a las góndolas de este transporte, donde a los asistentes se les colocó un antifaz para que pudieran sentir desde el inicio del evento, lo que es tener que trasladarse en un lugar desconocido sin tener visión.
Luis Téllez Montes, consejero de CANIRAC y representante de MAIA Taller Culinario, indicó que llegado el momento de la cena en mesa, los comensales fueron acompañados por voluntarios de “Ver Contigo”, mismos que tienen discapacidad visual.
“Se apoyaban de unas guías que están en el piso, esto ya crea un contexto para las personas que tenían el antifaz puesto, ya que tenían que tener muy agudos los otros sentidos”.
Explicó que el menú ofrecido en esta cena estuvo conformado por tres tiempos directos y uno más en la recepción. El primero de ellos conformado por bocadillos lácteos y carnes frías, acompañados de mixología.
El segundo y tercer tiempo, consistieron en chimichanga de flor de jamaica, y el plato fuerte fue filete de res, acompañado de una textura de puré de papa rústico y vegetales al grill.
En bebidas: Vino rosado, vino tinto, refresco y agua; y como postre, pasteles diversos y café irlandés.
En cuanto al menú, destacó que se jugó con diversas texturas que crearan una expectativa en el paladar, ya que incluso se pudo notar que al no ver de qué se trataba el platillo, algunos comensales no podían descubrir el ingrediente que lo conformaba, confiando sólo en su gusto.
La experiencia estuvo completa, ya que además del gusto, se desarrolló el oído, con el disfrute de música de gaita al fondo y la vista panorámica que ofrece la explanada del Teleférico.