¿Sobrevivirán las energías renovables al cambio climático?

26 marzo, 2025

La carrera hacia las energías renovables se acelera y, a pesar de los retos que plantea la crisis climática, hay signos de progreso: Los paneles solares empiezan a cubrir los desiertos, las turbinas eólicas salpican las costas y las presas hidroeléctricas aprovechan los caudalosos ríos para producir electricidad limpia.

Sin embargo, a pesar del empuje que están cobrando las energías renovables, impulsadas por el abaratamiento de la tecnología y la urgente necesidad de reducir las emisiones de carbono, los expertos alertan de la necesidad de tomar precauciones: Dado que las fuentes de energía renovables dependen de las condiciones meteorológicas, el cambio climático está dictando cada vez más, y poniendo en peligro, la producción de energía renovable.

Esta tendencia se acentuó en 2023, marcado por una volatilidad que perturbó la generación de energía renovable en todo el mundo. Las temperaturas se dispararon 1,45 °C por encima de los niveles preindustriales, y el paso de La Niña a El Niño alteró las precipitaciones, los patrones de viento y la radiación solar.

Hamid Bastani, experto en clima y energía de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), ofreció un crudo ejemplo de este impacto. “En Sudán y Namibia, la producción hidroeléctrica se redujo en más de un 50% debido a una pluviosidad inusualmente baja”, declaró en una entrevista con Noticias ONU.

En Sudán, las precipitaciones totalizaron sólo 100 milímetros (menos de cuatro pulgadas) en 2023, menos de la mitad de la media nacional a largo plazo.

“Se trata de un país en el que la energía hidroeléctrica representa alrededor del 60% de la electricidad. Estas reducciones podrían tener implicaciones significativas”, explicó Bastani, señalando que el sistema eléctrico abastece a una población grande y en rápido crecimiento de unos 48 millones de habitantes.

Estos cambios no se limitan a la energía hidroeléctrica. También la energía eólica ha mostrado signos de tensión ante el cambio climático.

China, que representa el 40% de la capacidad eólica terrestre mundial, sólo registró un modesto aumento de la producción de entre el 4% y el 8% en 2023, ya que las anomalías del viento interrumpieron la generación. En la India, la producción disminuyó debido a la debilidad de los vientos monzónicos, mientras que algunas regiones de África experimentaron pérdidas aún mayores, con una caída de la producción eólica de entre el 20 y el 30%.

En Sudamérica, la balanza se inclinó hacia el otro lado. Los cielos despejados y la elevada radiación solar impulsaron el rendimiento de los paneles solares, sobre todo en países como Brasil, Colombia y Bolivia.

De este modo, la región experimentó un aumento de entre el 4% y el 6% en la generación de energía solar, un aumento impulsado por el clima que se tradujo en aproximadamente tres teravatios-hora de electricidad adicional, suficiente para abastecer a más de dos millones de hogares durante un año a un ritmo de consumo medio.

“Este es un buen ejemplo de cómo la variabilidad climática puede a veces crear oportunidades”, explica Roberta Boscolo, que dirige la Oficina de la OMM en Nueva York y anteriormente la labor de la agencia en materia de clima y energía. “En Europa también estamos viendo más días con alta radiación solar, lo que significa que la energía solar se está volviendo más eficiente con el tiempo”.

Boscolo y Bastani se encuentran entre los colaboradores de un estudio reciente de la OMM y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) en el que se examina cómo las condiciones climáticas en 2023, determinadas por El Niño, el calentamiento global y los extremos regionales, afectarían tanto a la generación de energías renovables como a la demanda energética en todo el mundo.

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